jueves, 21 de julio de 2011

Cata de salidos, 2ª parte



Seguimos con esta cata de salidos, ahora es el turno de cuatro tintos y un dulce:


Reserva Real Torres 1999: Para elaborar éste vino han utilizado las mejores uvas de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot de su pequeña finca de Santa Margarida d'Agulladolç (2Ha.), ubicada a unos 360 de altitud y donde el suelo está formado por una fina capa de llicorella. Según las indicaciones de la bodega, éste vino llega a su plenitud en 2010: Bonito color picota cubierto. Nariz compleja y muy expresiva: fruta madura, trufa negra, cuero nuevo, ñoras, pimienta verde, laurel, chocolate, pan tostado, piedra mojada, mineral, espectacular la evolución en copa de éste Penedés. En boca me ha descolocado un poco, algo descompensado, vuelven las notas a cuero y la fruta madura, acidez todavía muy presente, gran persistencia. La nariz me ha gustado mucho, en cambio en boca, para mi gusto, le ha faltado equilibrio, algo más de peso (apreciación muy personal) y limar algunas aristas, caracterísiticas que bien se les puede pedir a estos vinos de alto copete y que en teoría está en su punto álgido.

Moncerbal 2002: Las uvas (Mencía) de éste espléndido Bierzo proceden de cinco pequeñas parcelas del paraje de Moncerbal, en la villa de Corullón. Viñas centenarias ubicadas en diferentes altitudes debido a las pronunciadas pendientes de sus laderas con suelos minerales de roca pizarrosa con arcillas y cuarcita: Inicialmente me pareció algo cerrado, muestra notas a caramelo "Kojak", floral, fruta negra, café y fondos tostados. Boca elegante, taninos bien integrados, no es un vino con mucho peso en boca, paso largo y con sensaciones minerales. Me hubiera gustado dedicarle más tiempo a éste Bierzo, tengo la sensación de haberme dejado muchas cosas por el camino, eso sí, está en un buen momento para tomar.

Dominio de Atauta Valdegatiles 2006: Éste vino no estaba para ser descorchado todavía, todo un sacrilegio, aunque era de esperar, me lo imaginaba algo más "hecho", pero me equivoqué, muy verde todavía, una tanicidad que se podía masticar, augura un enorme potencial, un mínimo de 5-6 años de botella para poder apreciar la grandeza de ésta tinta fina. Una lástima, aunque de todo se aprende.





Giacomo Conterno Barolo 1999: Importante productor de la zona del Piemonte, sus Barolos son considerados entre los mejoras de la zona. Su hijo, Giovanni Conterno, compró el viñedo de Cascina Francia (de donde proviene éste Barolo) en Serralunga d'Alba en 1974, dejando así de comprar la uva a los agricultores locales. La maceración de la uva de éste Barolo se alarga entre 3-4 semanas para asegurar una buena extracción de los compuestos fenólicos. La fermentación se lleva a cabo parte en madera y parte en depósitos de acero inoxidable, mientras que el envejecimiento tiene lugar en barricas de roble de diferente tamaño.
Servido en copa tipo borgoña y especial para la Nebbiolo: Decantado 6 horas, en nariz te da la sensación de estar entrando en un bosque húmedo, notas a trufa blanca y hojarasca, algo de fruta negra madura y finalmente un aroma perpétuo a sandía, sí, sí, sandía! Nos quedamos todos algo perplejos, y os aseguro que hasta el último trago de éste "morlaco", la sandía seguía allí. En boca deja sin sentido, contundente, unos taninos firmes pero elgantes, envolvente, un paso en boca medio, una acidez bien presente, en su punto, todavía sigue muy vivo, un gran Barolo. Sin duda el mejor (o el más disfrutable) de los tintos, bravo!

Dönnhoff Hermannshöhle Auslese-GK 1990: Par terminar la contienda, un Riesling de altura, un súper dulce, de una añada histórica en las regiones del Rhin y el Mosel, y venido del mejor pago de Niederhausen y de Nahe, según Dönnhoff. Un pago, Hermannshöhle, con una extensión de 8 hectáreas (4 Ha. en posesión de Hermann Dönnhoff) formado de pizarra, arenisca y vulcanita.
Estuvo decantado más de 6 horas, color dorado intenso, nariz compleja y muy expresiva: cítricos en forma de piel de naranja y lima, ligeras notas a hidrocarburos, pegamento, dejes minerales, el suelo pizarroso de éste pago se deja entrever. Si la nariz es exhuberante, la boca te transporta a otra dimensión, fresco, a destacar la sublime acidez de éste vino, bien integrada y compensada por el azúcar residual con el que nos deleita éste Auslese, de nuevo aparecen esas notas cítricas, dejando un recuerdo final que parece no terminar nunca, wuaaauuu. Hasta la fecha, uno de los mejores vinos que he probado, me atrevería a decir que roza la perfección. Estoy seguro que si fuera un medicamento en el prospecto se podría leer en letra mayúscula: TOMAR EN PEQUEÑAS DOSIS, ALTAMENTE ADICTIVO.



Y hasta aquí ésta cata de salidos, espero poder repetirla el año que viene, ha sido un disfrute en todos los sentidos, por un lado me he reafirmado en mis preferencias sobre algunos vinos probados, y por otro, un nuevo y "peligroso" camino se ha abierto ante mi, ese Barolo me ha tocado la fibra...

Para terminar, agradecer a Luis el buen ojo que tuvo para escoger los manjares que debían acompañar a estos vinazos, una cena a la altura de los vinos.




2 comentarios:

  1. Yo ya sólo pienso en repetirla..... una pena no tener el bolsillo a la altura del paladar, eh?

    OG

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  2. Tenemos un año por delante para hacer "guardiola" ;D

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