viernes, 29 de mayo de 2009

Trío de Ases


Por el título del documento uno puede pensar que hablamos de póquer, sin duda sería una buena mano, pero nada más lejos de la realidad. En este caso hablamos de tres grandes vinos, vinos para hacerte perder el sentido.

Las reglas del juego ya están dictadas, cada participante debe aportar una botella, siempre, eso sí, respetando un máximo coste ya preestablecido.

A medida que se va acercando el día del gran evento se van mostrando algunas de las cartas:

La primera sobre el fieltro verde es un Dalmau Reserva 1999 de las bodegas Marqués de Murrieta, Rioja, un clásico, considerado uno de los diez mejores vinos de España. Una añada, la del 99, calificada como Excelente, son motivos suficientes como para presentarlo en esta cata tan ansiada.

El segundo jugador apuesta también muy fuerte, su carta es ni más ni menos que un Blecua 2001, el buque insignia de la bodega Viñas del Vero. Un vino hecho con mucho mimo y esmero, sacado de una minuciosa selección de las mejores cepas, uvas y barricas de la bodega. Sin duda un vino excepcional que seguro dará mucho juego.

Para poder formar el trío ganador nos falta aún saber la carta del último participante, como se diría vulgarmente, parece tener un as escondido debajo de la manga, ya que su puesta en escena se demora unos días a expensas de poder igualar los citados ases.

Finalmente, el tercer participante nos muestra su carta, un Alonso del Yerro María 2006. Aunque procede de una bodega muy joven, este vino ya se ha hecho un hueco entre los mejores Ribera.

Una vez formado el trío ya podemos empezar el juego, el primer as sobre el tapete es el Blecua 2001, muchas expectativas se han puesto sobre este vino, una joya que esperamos esté a la altura de sus competidores. El descorche no es del todo satisfactorio, el corcho no está en muy buen estado, de todas formas, un tapón bastante escueto, no está a la altura del vino que guarda, espero que no haya afectado al caldo que con tanto mimo ha estado guardando durante casi siete años... Le cuesta enseñar sus virtudes, lleva una hora respirando, pero sigue sin abrirse. Poco a poco empiezan a resaltar los aromas a fruta negra, especias, balsámicos, torrefactos, café y tabaco. Su evolución en copa ha sido espectacular, sin embargo el estado del tapón nos hace sospechar que quizá no nos ha dado todo su potencial, quizás una mala guarda ha precipitado el deterioro del corcho.

El siguiente componente del trío es el Dalmau Reserva 1999, lo hemos dejado abierto durante una hora y media aproximadamente, un corcho notable que augura buena guarda. Se nos presenta de color rojo rubí con ribete anaranjado, muy limpio, capa media-baja. Aparecen los frutos rojos y los balsámicos que inundan la copa de frescor, especias como la pimienta negra, los aromas aportados por la crianza en barricas de roble francés aparecen en forma de torrefactos, chocolate y toffe. En boca es potente, sedoso, elegante, taninos muy bien integrados que aportan buena intensidad y persistencia al vino. Una maravilla de vino, que sin duda, ha ido mejorando con el paso del tiempo.

Para terminar la partida vamos con un diamante en bruto, el Alonso del Yerro María 2006. El único que hemos decantado, un total de hora y media. Al servirlo en las copas ya empieza a darnos muchas pistas de los que nos vamos a encontrar. Color picota intenso, cubierto, ribete violáceo, capa alta, lágrima muy presente, se denotan sus 14’7%. En nariz es muy goloso, regaliz rojo, bollería y fruta negra madura. A medida que va evolucionando aparecen los balsámicos y torrefactos. Finalmente nos deleita con aromas florales como las violetas y las lilas. Espectacular abanico aromático el que aporta este vino. En boca es denso, con mucho cuerpo, taninos muy presentes que dejan cierta astringencia final, probablemente unos añitos más de botella terminarían de redondearlo.