viernes, 25 de junio de 2010

¡...Y ya van 35!




Otro año más y otra vela más en el pastel de aniversario, y ya van 35. Ésta vez lo tenía muy claro, quería juntar en la misma mesa buenos amigos y buenos vinos, y así lo hice. Siete fueron los invitados y cinco los vinos elegidos:


Pierre Peters Cuvée Spéciale "Les Chétillons" 2000, imprescindible empezar la contienda con un espumoso, un Blanc de blancs concebido en una pequeña parcela de Le Mesnil-Sur-Oger de 1,7 ha. de viña vieja, un champagne de marcado "terroir".
Color pajizo y de burbuja muy pequeña. En nariz, inicialmente, predomina el aroma a manzana al horno y cítricos (naranja). Con cada movimiento de copa el champagne nos va mostrando sus bazas, entran en escena los frutos secos (higos, pasas, nueces de Brasil), persiste la manzana al horno, ligeros fondos a bollería. Amplio en boca, de fina burbuja y acidez algo marcada pero no molesta, de nuevo sensaciones cítricas de fondo. Buena recomendación la que me hicieron con éste espumoso, gracias Carlos G.

Viña Tondonia Blanco Reserva 1988, con éste blanco salimos de lo cotidiano, un blanco con mucha historia y personalidad. Presenta un color amarillo oro aún muy vivo. En nariz algo cerrado, aromas a reducció (goma, queroseno) que poco a poco se van diluyendo. Le cuesta abrirse, quizá lo tenía que haber aireado con más antelación, ahora mismo debe llevar una hora y media abierto sin decantar. Aparecen notas a frutos secos y ligeros toques cítricos. Boca secante, fresco y con una acidez aún bastante presente. Es de esos vinos que no tiene término medio o gusta o no gusta, y eso mismo ha pasado en ésta cata, no ha sido del agrado de todos, personalmente, me abriría la otra botella que me queda...

Catado de nuevo una semana más tarde (había quedado un pequeño resto), evidentemente evolucionado, los aromas a fruta ya se dejan ver, fruta madura diría yo y algo de plátano.

La Nieta 2005, sin duda uno de los más deseados, que ganas teníamos de probar ésta joya de los Viñedos de Páganos. Descorchado una hora y media antes, un corcho a la altura del vino y en perfectas condiciones. Color picota de capa media, algo cerrado inicialmente, pero en cada vaivén de copa va dejando destellos de elegancia: Flores (violetas), lácticos, sutiles especiados (nuez moscada y clavo), golosina de cola, olivada, fondos tostados, sinuosos balasámicos que aportan frescor al vino. Boca elegante, envolvente, se aprecia una ligera astringencia que rompe quizá la armonía esperada, más botella le hubiera ido perfecto, final largo con recuerdos de esa crianza en barrica, madera y vainillas. Nos ha dejado un poco descolocados, las expectativas eran muy altas (¿error?), el vino bien se las merece, pero a veces éstas son traicioneras, lástima no haberlo pillado con algunos años más encima.

Clio 2006, incorporado a la cata en último instante, buenas críticas habíamos leído sobre éste Jumilla, así que no fue difícil decidirse.
A medida que va cayendo en la copa, ya va enseñando sus cartas, un precioso color picota intenso, precedido ya de aromas golosos a toffe. Lágrima muy densa que se desliza lentamente por la copa. En nariz muestra todo un abanico de aromas: Vainillas, café, ligeros tostados, balsámicos, mineral, y el omnipresente aroma a caramelo de toffe (Wherter's Original). En boca es todo elegancia, muy goloso, envolvente, en el retro surgen de nuevo loas aromas a crianza, muy presentes en todo momento. En general un conjunto muy goloso (siento repetirme tanto con éste adjetivo, pero creo que es la mejor manera de definir éste vino), tanto en nariz como en boca. Me ha faltado quizá más presencia de fruta, la Monastrell casi ni se "huele", esos aromas primarios tan básicos y esenciales en un vino aquí brillan por su ausencia, quizá, si hay que ponerle un pero al vino sería éste, demasiada presencia de aromas aportados por la barrica, se sobreponen a todos los demás, una apreciación muy personal, eso sí.

Fritz Haag Brauneberger Juffer Sonnenuhr #12 Auslese GK 2006, llegamos al final de la cata, y que mejor forma de hacerlo que con un dulce de la Mosela, éste Auslese viene muy bien recomendado por un "Talibán del Riesling" ;-). Decantado unas dos horas y media antes de servirlo. Color oro viejo, cierta densidad. Nariz de vicio, golosa, fruta madura, jazmín, amielados, algo de hidrocarburos, cítricos, pegamento "Imedio", flotador nuevo, almíbar. En boca diría que es un conjunto perfecto de armonía y equilibrio entre la acidez y el dulzor, un binomio que hacen de éste elixir un vino extraordinario en todos los sentidos, envolvente, tremendamente persistente, cada trago es un disfrute sin apelativos ¡brutal!


En mi modesta opinión creo que los vinos han estado a la altura de lo esperado, quizá La Nieta nos ha dejado un poco de mal cuerpo por no haver llegado a las expectativas creadas por "el entorno", pero nada que no se pueda remediar con la compra de otra añada del mismo vino, tiempo al tiempo...

Gracias a todos (Jordi C., Jorge G., Jose M., Marc C., Nacho A., Luis R.) por haberme hecho pasar una tarde de vinos tan excepcional.

Salut!

jueves, 3 de junio de 2010

Oh, Mon Dieu!



Que mejor expresión que la que nos titula éste blog para definir lo sentido en la cata de estos tres "monstruos" del Loira, Blanc Fumé de Pouilly, Pur Sang y Silex, todos 100% Sauvingon Blanc y de la añada 2007. Desgraciadamente "el creador" de esots vinos, Didier Dagueneau, falleció hace casi dos años en un fatídico accidente de avioneta a sus 52 años, por lo que ésta es la última añada en la que trabajó. Afortunadamente, su hijo, Louis Benjamin será el responsable de continuar con el trabajo.

Para empezar la cata, una sorpresa, Óscar nos sirvió un licor de frambuesa (100% frambuesas) hecho en Bulgaria, Malinella 2007, intenso aroma a frambuesa y fresas, un conjunto muy goloso para acompañar perfectamente un aperitivo o un postre.

Enseguida nos vamos al lio con el primer Sauvignon, Blanc Fumé de Pouilly, color amarillo pálido, denso, brillante. En nariz presenta un caracter marcadamente mineral, fruta madura (piña, mango), tierra mojada, fondos cítricos. En boca tiene una acidez que abruma, mineral, sabroso, envolvente y de trago longevo, perfecta presentación de lo que nos vamos a encontrar con los siguientes vinos.

Pur Sang, quizá el vino más personal y "salvaje" de Dider. Color muy parecido al anterior, amarillo pálido, brillante y limpio. Al atacar la copa por primera vez notamos ligeros aromas a madera nueva que con la aireación se van disipando, fruta madura, toques herbáceos, sorprenden las notas de hidrocarburos, marcada mineralidad. Una acidez en boca soberbia, "se me pone la gallina de piel" sólo de recordarlo, fresco, equilibrado, complejo, quizá algo desbocado amén de su juventud, de nuevo esa mineralidad tan marcada, que digo marcada, se puede "masticar", un vino que quita el sentido, aunque aún está en su más tierna infancia, es capaz de provocar el delirio entre los asistentes, Mon Dieu!

Después de rehacernos un poco de éste Pur Sang, nos enfrentamos al último, Silex, otra vino cargado de caracter y personalidad. Quizá de un amarillo más intenso que los otros, identica brillantez y limpidez. Nariz compleja, intensa, fruta blanca, herbáceo, marcadas notas minerales, cierta salinidad. En boca es termendamente sabroso y envolvente, más redondo que los anteriores, mineral, aunque no tanto como el Pur Sang, equilibrado, de nuevo una acidez sobresaliente y con un final largo y ligeramente amargoso.

Sin duda, estos "vinos de terroir" me han dejado alucinado y casi sin adjetivos para describir todo lo sentido en cada trago. Son vinos, en mi opinión, que valen lo que cuestan, son otra historia, hay que probarlos como mínimo una vez en la vida...Yo por poco que pueda y mi bolsillo lo permita, volveré a repetir de nuevo.

Para terminar, un Riesling (Vendemmia Tardiva) traído de Italia, de La Valle del Riesling dell' Oltrepo Pavese. En nariz apuntaba maneras, fruta madura, ligeras notas a hidrocarburos, amielados...Pero en boca nada que ver con la nariz, secante y con final amargo (té), nos dejó un poco desconcertados.

Finalizada la fase de cata, y aún quedando mucho vino por terminar, desenfundamos los cuchillos para abrir los ahumados (salmón, bacalao y anguila) y quesos variados escogidos expresamente para la ocasión, un disfrute por todo lo alto.


Óscar, muchas gracias por la cesión de las fotos, ya viste que mi cámara no se adaptaba muy bien a la luz de tu enogaraje ;-)

Carles, Óscar i Jordi, un plaer haver compartit aquests vins amb vosaltres, espero i desitjo tornar a repetir l'experiencia ben aviat.

Salut
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