martes, 30 de octubre de 2012

Maridaje, novena edición



Vamos ya a por la novena edición, lo que empezó como una cena tonta entre amigos ha ido cogiendo forma y cada vez los platos y la elección de los vinos va subiendo el nivel. Esta vez nos tocaba lidiar entre fogones a nosotros, y aprovechando que se nos está echando el frío encima, decidimos hacer un menú otoñal con productos de temporada.

Empezamos con una Pannacota de boniato con salteado de rossinyols y foie micuit, a simple vista no tiene ninguna complicación pero la Pannacota dió más guerra de los esperado, aunque viendo el resultado final valió la pena, una textura cremosa y ligeramente dulzona del boniato contrastaba con el sabor salado del salteado de setas y virutas de foie micuit. Una pequeña delicia para ir abriendo boca. Un cava rosado, Maria Casanovas Pinot Noir Bruta Nature Rosado, fue el encargado de acompañar éste entrante, destaca por su color rojo intenso, burbuja abundante (quizás la copa no era la más apropiada), intensos aromas a fruta roja madura y de bolleria, boca elegante y cremosa con una buena acidez y un ligero amargor final...Lo dicho, la copa no le hizo méritos, un gran rosado.

Seguimos con un Risotto de calabaza y ceps, exquisito, de nuevo aparece el binomio dulce (calabaza) y salado (parmesano). Todo en su punto, la calabaza y el cep se fusionaron para realzar el sabor de un arroz bomba que se fué alimentando y enriqueciendo del "caldo" dejado de hidratar los ceps secos. Un tinto del Montsant, Ressons Clot de la Vella 2009, Garnacha de viñas viejas envejecida durante 12 meses en roble francés, combinó perfectamente con éste Risotto otoñal: Un vino todavía con mucho margen de mejora, donde los aromas primarios saltan a la palestra, fruta negra madura sobretodo, sabroso, con cuerpo y con un final ligeramente dulzón. Quizás lo que eché un poco en falta a este vino fue su casi inapreciable acidez, ese toque dulzón final no me acabo de convencer, aunque también hay que decir que la "intervención" del Risotto pudo distorsionar un poco el conjunto del vino. Una bodega, Celler Mas d'en Canonge, que desconocía por completo, ¡tomo buena nota!



Llega la hora del pescado, Bacalao cocido en sal con puré de manzana, un plato que no tiene ningún secreto, lo más importante, como se puede suponer, es que el bacalado sea de fresco y de calidad. Y así fue, un morro de bacalao fresco y desalado para preparar esta sencilla receta, donde volvemos a jugar con el gusto salado del bacalao y el dulce que le aporta el puré de manzana (gran smith). Para coronar el plato y darle un toque de gracia, pasamos la piel del mismo por la plancha y quedó un crujiente espectacular (gran tapa si la acompañamos de una cerveza rubia). Para éste plato no hacía falta arriesgar mucho, un blanco seco y ligeramente perfumado le podía ir perfectamente, el elegido un Penedès blanco, Pardas Rupestris 2011, sus cuatro meses de crianza sobre sus lías le aporta cierta estructura bien compensada por una rica acidez, buena elección.


Para terminar un postre sublime, tanto por la vistosidad como por el resultado final, Mousse de mel i mató con mermelada de higos y teja de pistachos, un gustoso juego de contrastes entre sabores y texturas, una exquisita y crujiente teja de pistachos el colofón a un original postre. El vino quizás no ha casado muy bien con el plato, Dulce Corazón de Bodegas Iniesta, un moscatel semi-dulce que personalmente no me ha hecho mucho el peso, por su precio le daré otra oportunidad.

  
Esto ha sido todo, esperando ya con ganas la que va ser la décima cena maridaje, un gran número para una gran cena, espero.