El año pasado por estas fechas tan calurosas recuerdo estar descorchando una botella de vino blanco que había tenido guardada en mi bodeguita durante casi un año, un Priorat de Garnacha Blanca. Los vinos probados anteriormente de ésta misma bodega me habían sorprendido muy gratamente, de ahí el interés por probar dicha Garnacha prioretana. Tal y como esperaba no defraudó ni mucho menos, espectacular.
Con el paso del tiempo he tenido la oportunidad de probar alguno de sus tintos y son de traca. Llegados a éste punto, decidí hablar con mi amigo Carles del Celler de Coll Favà y le propuse una visita a dicha bodega, tenía ganas de conocer a los hacedores de tan benditos caldos...Menuda sorpresa me llevé cuando Carles me llama un día y me dice que el mismísimo Josep Puig en persona vendrá al Celler a explicarnos sus vinos, casi me salta la lagrimilla...
Así fue, un viernes tarde nos juntamos unos cuantos alrededor de una mesa para oír las explicaciones de Josep Puig y deleitar nuestros sentidos con sus vinos. Como la mayoría ya sabréis, estoy hablando de la Bodega Viñedos de Íthaca y de sus vinos Odysseus y Akyles.
Emepzamos con el primer tinto, Akyles 2008
, 6 meses de crianza en barricas de 400 litros, con un coupage de Garnacha y Cariñena de viñedos jóvenes (entre 10 y 12 años). Color picota intenso, fruta negra madura, vainillas, sutiles sensaciones a madera, balsámicos. Entrada en boca potente, goloso, ligera astringencia, final algo amargo y persistente. Un vino al que no le he terminado de encontrar el punto, lo he encontrado un poco desbocado aún, aunque ya lleva un tiempo en botella, le falta limar algunas aristas, quizás con algo más de cristal se deje tomar mejor.
Pocos de los asistentes habíamos probado
De éste Odysseus "Maset del Ros" 2006 (etiqueta negra), el vino top de la bodega, sólo se hacen 1500 botellas al año, de ahí que poder hacerse con una de ellas sea todo un lujo. Se nos presenta de color picota subido, nariz potente, fruta negra madura, marcada mineralidad, especias, torrefactos y fondos a tabaco. En boca los taninos ya bastante domados apaciguan esa entrada tan potente y carnosa, vuelven los terciarios en forma de café y ahumados, de trago larguísimo y sin duda, invita a seguir bebiendo, un vino que emana terroir en todo su conjunto, ¡sublime!
Personalmente he disfrutado como un niño con zapatos nuevos, poder probar y comentar estos vinos con Josep Puig ha sido todo un lujo, su forma de ver y hacer el vino quedan plasmados en cada botella de ésta bodega.
Ya sólo me quedan probar los dulces, Penélope, tienes las horas contadas ;-)
Salut.