viernes, 13 de agosto de 2010

Vinos Mitológicos


El año pasado por estas fechas tan calurosas recuerdo estar descorchando una botella de vino blanco que había tenido guardada en mi bodeguita durante casi un año, un Priorat de Garnacha Blanca. Los vinos probados anteriormente de ésta misma bodega me habían sorprendido muy gratamente, de ahí el interés por probar dicha Garnacha prioretana. Tal y como esperaba no defraudó ni mucho menos, espectacular.

Con el paso del tiempo he tenido la oportunidad de probar alguno de sus tintos y son de traca. Llegados a éste punto, decidí hablar con mi amigo Carles del Celler de Coll Favà y le propuse una visita a dicha bodega, tenía ganas de conocer a los hacedores de tan benditos caldos...Menuda sorpresa me llevé cuando Carles me llama un día y me dice que el mismísimo Josep Puig en persona vendrá al Celler a explicarnos sus vinos, casi me salta la lagrimilla...

Así fue, un viernes tarde nos juntamos unos cuantos alrededor de una mesa para oír las explicaciones de Josep Puig y deleitar nuestros sentidos con sus vinos. Como la mayoría ya sabréis, estoy hablando de la Bodega Viñedos de Íthaca y de sus vinos Odysseus y Akyles.

Para ir abriendo boca, empezamos por dos blancos, Pedro Ximénez 2008, variedad atípica en el Priorat, pero con un resultado sorprendente: Afrutado, fresco, cítrico, herbáceo, graso, untuoso, fondos anisados (hinojo) y de acidez presente, sin tener paso por madera, éste blanco puede seguir mejorando durante 5 ó 6 años más. Seguimos con otro blanco, Garnacha Blanca 2009, proviene de viñas viejas de 80 años plantadas en suelos pizarrosos (llicorella). De movimiento algo viscoso deja caer una lágrima densa y lenta, afrutado, aromas a piedra mojada, hierba fresca, hinojo, comino, fondo mineral. E boca es contundente, amplio, untuoso, final ligeramente amargo, fresco, muy vivo y algo "verde" todavía, más botella le sentará de maravilla (hasta 5 años de guarda sin problemas), aunque a día de hoy ya está espectacular, de lo mejor de la noche, y sin duda, mi vino preferido de la bodega.

Emepzamos con el primer tinto, Akyles 2008, 6 meses de crianza en barricas de 400 litros, con un coupage de Garnacha y Cariñena de viñedos jóvenes (entre 10 y 12 años). Color picota intenso, fruta negra madura, vainillas, sutiles sensaciones a madera, balsámicos. Entrada en boca potente, goloso, ligera astringencia, final algo amargo y persistente. Un vino al que no le he terminado de encontrar el punto, lo he encontrado un poco desbocado aún, aunque ya lleva un tiempo en botella, le falta limar algunas aristas, quizás con algo más de cristal se deje tomar mejor.


Continuamos la cata con Odysseus 2005 (etiqueta blanca), mejores sensaciones que con el anterior, buen equilibrio entre los aromas varietales y las notas de crianza, mineralidad siempre presente, buen conjunto, pero queda algo eclipsado por sus dos hermanos mayores.

Pocos de los asistentes habíamos probadoOdysseus 2004 (etiqueta roja), su coupage ya llama la atención ya que utiliza entre las ya archiconocidas Garnacha, Cariñena y Cabernet Sauvignon, un poco de Petit Verdot y algo de Touriga Nacional, ésta última variedad típica de Portugal le aporta al vino color y tanicidad. Picota de capa alta, nariz compleja, intensa fruta negra, balsámicos en forma de regaliz, anisetes, mina de lápiz, madera bien integrada, ésta se aprecia y arropa bien esos primarios para redondear esa nariz tan golosa. Paso por boca elegante y sedoso, con cuerpo, amplio y muy persistente, un vinazo en toda regla, y que nos abre las puertas a la joya de la corona.

De éste Odysseus "Maset del Ros" 2006 (etiqueta negra), el vino top de la bodega, sólo se hacen 1500 botellas al año, de ahí que poder hacerse con una de ellas sea todo un lujo. Se nos presenta de color picota subido, nariz potente, fruta negra madura, marcada mineralidad, especias, torrefactos y fondos a tabaco. En boca los taninos ya bastante domados apaciguan esa entrada tan potente y carnosa, vuelven los terciarios en forma de café y ahumados, de trago larguísimo y sin duda, invita a seguir bebiendo, un vino que emana terroir en todo su conjunto, ¡sublime!

Para terminar la contienda un blanco, sí sí, un blanco después de haber pasado por toda la retahíla de tintos, Akyles Macabeo 2009, aunque parezca difícil os puedo asegurar que dio la talla, para nada se quedó atrás, éste blanco fermentado en barrica muestra carácter y personalidad, característica intrínseca en los vinos de ésta pequeña bodega de Gratallops.

Personalmente he disfrutado como un niño con zapatos nuevos, poder probar y comentar estos vinos con Josep Puig ha sido todo un lujo, su forma de ver y hacer el vino quedan plasmados en cada botella de ésta bodega.

Ya sólo me quedan probar los dulces, Penélope, tienes las horas contadas ;-)

Salut.