miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un paseo por la Toscana



De nuestro viaje vacacional a la Toscana tragimos, entre otras cosas, algunas botellas de vino, 4 de ellas las descorchamos hace unos días en Vadebacus. La idea era dar un paseo a través del vino por las zonas más destacadas de la Toscana y así poder apreciar las similitudes o diferencias que hay entre ellas. Si buscamos un denominador común entre los vinos que catamos este es sin duda la Sangiovese, uva tinta por excelencia en esta región italiana y de la que paso a detallar algunos datos para poder conocerla algo mejor:
  • Sangiovese procede del término latino "Sanguis Jovis", "La sangre de Júpiter", podemos decir que bebímos sangre de dioses.
  • Sinónimos,
    • Montepulciano: Prugnolo Gentile
    • Montalcino: Brunello
    • Aretino: Calabrese
    • Chieti: Maglioppa
    • Sangioveto, Sangiogheto, Morellino...
  • Hay 4 DOCG donde la Sangiovese es la variedad principal, Vino Nobile di Montepulciano, Brunello di Montalcino, Chianti Classico y Carmignano.
  • Es una variedad muy productiva y que se adapta con facilidad al terreno.
  • Grado alcohólico medio-alto.
  • Acidez alta.
  • Envejece principalmente en "botti" de 300 a 1000 litros de roble de Eslavonia.


Estos fueron los 4 vinos que elegimos para representar su zona:

Brunello di Montalcino (DOCG) 
  • En la zona norte los suelos estan compuestos en su mayoria de galestro (marga desmenuzada) y un poco de arcilla, combinado con la mayor altitud, dan unos vinos con más acidez y una fruta más delgada.
  • En la zona sur hay más arcilla y piedra caliza, dando vinos con más cuerpo y menor acidez, pudiéndose beber más jóvenes.
  • La Brunello tiene unos racimos muy apretados y el hollejo es más grueso, por tanto tiene menos zumo que en otras zonas, por lo que ésta tiene una mayor concentración de color, tanino más marcado y una gran capacidad de envejecimiento.
  • La Poderina 2006:
    • Sangiovese (Brunello 100%).
    • El 60% del vino envejece en botti de roble de Eslavonia, el resto en barricas durante los primeros 12 meses. Pasado este primer año se envejece todo junto en botti de roble de Eslavonia 12 meses más, seguido de 18 meses en botella.
    • Tiene un margen de mejora de unos 15 años.
    • Bodega Tenuta La Poderina


En Montalcino pudimos probar varios Brunello (Pinino, La Poderina, Biondi Santi...) en la impresionante Enoteca di Piazza (visita imprescindible, puedes escoger entre 100 vinos de la zona) y ninguno de ellos nos hizo el peso, definitivamente no es mi tipo de vino. Este Brunello, La Poderina, tiene una nariz algo escueta, fruta roja y de fondo notas anisadas, en boca "nifú nifá", a destacar su acidez y un tanino ya bien pulido pero que con el paso del tiempo seguro que termina de integrarse, y poca cosa más a destacar, quizás no estamos acostumbrados a este tipo de vino tan "delgado" en su conjunto, pero en general no gustó, quizás en su estilo, por el color y esta acidez vertebradora, pueda recordarme a algun vino de la borgoña en su versión más clásica.
  
Vino Nobile di Montepulciano (DOCG)
  • Aquí ya encontramos suelos más arenosos, limosos y pedregosos que en el Chianti y Montalcino.
  • Son vinos que destacan por su elegancia y finura .
  • Le Bèrne 2009:
    • Sangiovese (Prugnolo Gentile) 97%, Colorino 3%.
    • 24 meses de crianza en roble (60% en barricas de roble de 250 litros, 40% en pequeñas bariicas de roble francés), seguido de 6 mese mínimo en botella.
    • Bodega, Podere Le Bèrne.


Aunque fue una visita muy rápida, pudimos ver la bodega por dentro y catar todos sus vinos, donde el Rosso y éste Vino Nobile nos parecieron muy interesantes. Notables diferencias entre éste vino y el Brunello, en el color, nariz y boca. Color rubí intenso, frutas del bosque, hierbas aromaticas (lavanda) y a ceras tipo "DACS", en boca es redondo, con cuepro, aparece la fruta negra y un tanino presente, a destacar la buena integración del vino con la madera, siempre la fruta como protagonista. Este Vino Nobile viene a confirmar las buenas sensaciones que tuve "in situ", los pocos que pude probar (Nottola, Poliziano y alguno más que no recuerdo) me gustaron mucho, y con una RCP a destacar, éste Le Bèrne me costó 14 euros en bodega, una ganga.

Chianti Classico (DOCG)
  • Suelos de galestro, calizos y pedregosos.
  • El Gallo Nero es el símbolo de Chianti Classico.
  • El consejo regulador permite un mínimo de 80% sangiovese y un 20% máximo de Canaiolo y Colorino o foraneas (Merlot, CS, CF). En vino joven 12% alcohol y en Riserva 12,5% con crianza mínima de 24 meses en Riserva + 3 meses en botella.
  • Castello di Brolio 2008:
    • Sangiovese 80%, 10% Merlot, 10% Cabernet Sauvignon.
    • 18 meses en barricas de roble.
    • Barone Ricasoli es la bodega más antigua de italia, data del año 1141.

 
Barone Ricasoli fue un político de principios del siglo XIX, dicen que fue el creador o el que puso las bases del Chianti moderno, investigó y experimentó en la viña para poder elaborar un Chianti de calidad que pudiera competir con el gran vino francés de la época.
Los vinos de esta zona son los que más me gustaron, junto con los Rosso y Vino Nobile di Montepulciano, quizás, también hay que decirlo, se asemejan más a lo que estoy acostumbrado. Nariz intensa, fruta roja madura, notas florales, violetas, arropado todo ello con las notas sutiles de crianza, tostados y especias. En boca es amplio, con cuerpo, mineral, dejando un paso afrutado, fresco y de larga persistencia, un auténtico vinazo.

Bolgheri Rosso Superiore (DOC)
  • Suelos compuestos de arcilla y piedra caliza.
  • Viñedo en general bastante joven, una media de 25-30 años.
  • Se estima gran potencial de sus vinos por la juventud de sus viñedos y los grandes vinos que se estan elaborando.
  • Sus vinos destacan por su perfil maduro, de color casi impenetrable y por una capacidad muy importante de envejecimiento.
  • Grattamacco 2008:
    • 65% CS, 20% Merlot, 15% Sangiovese
    • 18 meses en barrica de primer y segundo año, seguido de un refinamiento en botella de 12 meses.
    • Bodega, Tenuta Podere Grattamacco.
    • 14% alcohol.


Aquí ya pasamos a otro historia completamente diferente, los llamados "supertoscanos" (nombrados así por la prensa americana), surgieron a finales de los años 70 como respuesta al estancamiento que padecía el Chianti Classico en las últimas décadas: Rendimientos desproporciandos, maderas en muy mal estado, se apostaba más por la cantidad que por la calidad...El primer "supertoscano" en ver la luz fue el famoso Sassicaia, donde las variedades predominantes ya no eran la autóctona Sangiovese sino las bordelesas Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Marchesi Antinori elaboró el primer "superstoscano", Tignanello, donde la Sangiovese es la variedad predominante (mínimo un 80% dependiendo de la añada) frente las foráneas CS y CF.
Este vino viene a mostrar todo lo indicado más arriba, color picota impenetrable, nariz intensa y perfumada, fruta negra madura, balsámico, piedra mojada y notas especiadas para empezar, boca potente, carnoso, mineral y con un tanino bien integrado amén de su juventud, un gran vino, aunque nos diga poco de donde proviene.


viernes, 30 de noviembre de 2012

Clos Dominic, visitando el Priorat


Ya son varias las veces que nos hemos adentrado al corazón del Priorat para compartir buenos momentos en Clos Dominic, una bodega familiar de la que me considero un fiel admirador y que recomiendo visitar.




Intentamos visitar la bodega y la finca una vez por año y cada vez que vas descubres cosas nuevas que te cautivan. La jornada empieza en el centro de Porrera, en un bar auténtico donde entre cafés y cortados aparece Paco, el elaborador de los vinos. Después de un breve intercambio de palabras nos subimos cada uno a su coche y seguimos al maestro hasta el origen de los vinos de Clos Dominic, La Tena. Es una pequeña finca llena de naturaleza y licorella. Fuertes pendientes, mineral, flores silvestres, hierbas aromáticas, desorden ordenado y cepas en los sitios más inverosímiles te hacen comprender el porqué de la complejidad que encuentras en cada copa de estos vinos. Es recomendable subir por el camino hasta el pino donde puedes observar magníficas vistas de la finca y de Porrera. Los más osados pueden subir hasta lo más alto de la colina y a parte de ganarse los vinos que se catan después, entenderán lo difícil que es trabajar esas cepas. En las imágenes de diferentes épocas podéis ver vistas de la finca aunque si queréis acercaros a lo que se siente cuando está allí, recomiendo hacerlo con una copa de Clos Dominic.










A continuación nos dirigimos hacia el centro del pueblo donde en una de las sinuosas calles se encuentra la bodega y te recibe Dominic, el alma de los vinos. Es una casa de pueblo donde la primera planta y el sótano están destinados a la elaboración de vino. Una casa grande pero una bodega pequeña que permite mimar mucho a sus vinos y mejorar con su elaboración todo aquello que ya ha hecho La Tena. Tienen una producción pequeña, no son nada intervencionistas y trabajan los vinos de una manera muy artesanal. Cada barrica es tratada como un hijo y recomiendo mucho escuchar las explicaciones de Dominic acerca de los lugares de la bodega donde esas barricas sacan todo su potencial.



 Después de ver de donde vienen y cómo se hacen los vinos solo falta comprobar el resultado final. La mesa de catas nos espera con un suculento y merecido desayuno a base de pan con tomate, embutidos y cocas. Me costaría decir qué me gustó más ya que en la ciudad cuesta encontrar tales materias primas. Mientras tanto Paco descorcha y sirve los principales vinos de la bodega. Clos Petó, Vinyes Baixes y Vinyes Altes. Vinos potentes pero a la vez sedosos que te trasladan de nuevo a la Tena y con una complejidad que invita a no dejar de mover la copa y oler. Para no alargarme os dejo un par de posts donde están nuestras impresiones de los diferentes vinos de la bodega. 1) Cata Clos dominic 2) Seleccions Clos Dominic



Y hasta aquí nuestra visita a Clos Dominic….

martes, 20 de noviembre de 2012

Can Ràfols dels Caus


 
Hace ya unos días, en el Celler de Coll Favà, se organizó una cata de los vinos de Can Ràfols del Caus, unos vinos con una gran particularidad, nacen en un terruño muy especial, el Massís del Garraf (D.O Penedès), las viñas se cultivan con criterios biológicos, "intentando así transmitir en la elaboración de los vinos las propiedades de la fruta, del terreno y de la intervención humana". Can Ràfols del Caus es el nombre que recibe la finca propiedad de Carlos Esteva en Avinyonet del Penedès, data de 1634, que anteriormente la había adquirido su abuelo, Jacinto Esteva en el año 1930. Personalmente, y como quedará visto en este blog, soy un enamorado de los vinos de esta bodega, sus blancos La Calma y Rocallís de lo mejor que he probado en el ámbito nacional, y podríamos seguir por sus grandes vinos tintos, pero mejor será que empieza con la explicación de lo que pudimos catar esa noche:


Describo según orden de cata, empezamos por el Gran Caus Blanco 2008, Xarel.lo (cepas viejas de más de 65 años), Chenin Blanco y Chardonnay, con una crianza en botella de 2 años. Bonito color pajizo, brillante y algo untuoso. Nariz donde abundan las notas a hierbas aromáticas y a medida que va cogiendo aire salen a la palestra notas tostadas. En boca la Chenin Blanc muestra toda su frescura y acidez, aportando también sensaciones cítricas, y la Chardonnay y la Xarel.lo le dan a este blanco una buena estructura en boca. Muy recomendable no tomarlo muy frio, es decir, recién sacado de la nevera, mejor tomarlo después de unos minutos a temperatura ambiente, de esta manera podremos disfrutar de esta nariz tan personal que tiene éste vino. Las propuestas culinarias que se propusieron iban desde marisco y pescados, hasta quesos semis y con un toque ahumado tipo Idiazábal.


Seguimos con el vino más premiado de la bodega, Gran Caus Rosado 2011, monovarietal de Merlot, un rosado atípico, a ciegas lo podríamos confundir con un tinto. Elaborado con el mosto flor de los mejores racimos de Merlot, con una maceración pelicular de 18 horas y fermentación a baja temperatura durante 40 horas sin añadir levaduras seleccionadas. Su color algo más "subido" de lo que nos tienen acostumbrados los rosados ya nos denota su peculiaridad, en nariz salen los aromas a piruleta (sin excesos), fresa madura, cereza y un toque agridulce muy curioso. En boca es un vino que deja huella, de entrada potente, con cuerpo, dejando sensaciones a fruta roja a su paso y con un final persistente. Este rosado con "alma de tinto" le dan al vino un gran abanico gastronomico, ya que los rosados los acabamos encasillando para aperitivos, arroces y comida italiana, entre otros, y yo lo ampliaria incluso a platos más elaborados y con más "peso", por ejemplo un pollo asado, pavo relleno, incluso si me apuráis con platos de caza, yo lo he probado y os aseguro que da la talla.

Pasamos a las burbujas, el primero, Gran Reserva Brut Nature 2005, Xarel.lo (50%), Chardonnay (25%) y Macabeu (25%), más de 30 meses de crianza sobre sus lías en la misma botella (segunda fermentación). Inicialmente ya se aprecia una burbuja muy fina y poco abundante. Nariz algo golosa, manzana al horno, pera madura, pasteleria y miel. Cremoso y elegante en boca dejando notas de frutos secos a su paso.
Gran Caus Rosado Brut Nature Rosado 2006, 100% Pinot Noir, crianza de más de 30 meses en botella. Se muestra con un color a piel de cebolla quizás tirando a cobrizo, burbuja fina y poco abundante. Nariz delicada, bolleria, toques a galleta que me recuerdan al helado de "cheesecake", y con un fondo con dejes a membrillo. En boca es elegante, cremoso y con una burbuja perfectamente integrada, difícil no tomarte más de una copa, de vicio.

Pasamos al último cava, Parisad 2003, 85% Xarel.lo y el resto Chardonnay y Macabeu. La Xarel.lo procede de viñedos muy viejos, fermenta durante 4 meses en barrica de castaño, envejeciendo posteriormente en botella durante más de 60 meses. De intenso color dorado, nariz compleja, notas lácticas, poco a poco empieza el desfile: pasteleria, frutos secos (avellana), manzana al horno, tostados y notas minerales. En boca es todo sutileza y elegancia, para disfrutar en un aperitivo o para la sobremesa, donde él sea el protagonista. Como curiosidad Parisad quiere decir Júlia (su hija se llama así) en hebreo.


Y para ir terminando, 2 tintos, el primero, Pedradura 2005, Marselan (cruce de garnacha y cabernet sauvignon) y Petit Verdot compenen éste peculiar vino con 12 meses de crianza en roble francés y 30 en botella. Era la tercera vez que lo probaba, y sin duda esta última ha sido donde mejor lo he encontrado, como dijo Marc Rusca antes de probarlo, "ahora mismo está en su mejor momento", y lo ratifico, balsámico, fresco, vivo, redondo, mineral, sensacional todo su conjunto, muy recomendable y con muy buena RCP, diria que no llega a los 13€.

El segundo, Gran Caus Reserva 2006, uno de los grandes de esta bodega, elaborado con Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Syrah y criado durante 12 meses en barrica de roble francés y posteriormente un mínimo de 6 años en botella. Su nariz ya te transporta directamente a la finca, esos inconfundibles aromas a hierbas aromaticas, mineral, notas especiadas que se aprecian tanto en nariz como en su paso en boca, complejo, largo y con gran personalidad, un vino de guarda que todavía ganará con dos o tres años más en botella.



En mi humilde opinión queda claro que los vinos procedentes de esta pequeña subzona del Penedès son "alumnos aventajados" respecto al resto de su D.O, pero como siempre digo, seguiremos probando.

Salut!

martes, 30 de octubre de 2012

Maridaje, novena edición



Vamos ya a por la novena edición, lo que empezó como una cena tonta entre amigos ha ido cogiendo forma y cada vez los platos y la elección de los vinos va subiendo el nivel. Esta vez nos tocaba lidiar entre fogones a nosotros, y aprovechando que se nos está echando el frío encima, decidimos hacer un menú otoñal con productos de temporada.

Empezamos con una Pannacota de boniato con salteado de rossinyols y foie micuit, a simple vista no tiene ninguna complicación pero la Pannacota dió más guerra de los esperado, aunque viendo el resultado final valió la pena, una textura cremosa y ligeramente dulzona del boniato contrastaba con el sabor salado del salteado de setas y virutas de foie micuit. Una pequeña delicia para ir abriendo boca. Un cava rosado, Maria Casanovas Pinot Noir Bruta Nature Rosado, fue el encargado de acompañar éste entrante, destaca por su color rojo intenso, burbuja abundante (quizás la copa no era la más apropiada), intensos aromas a fruta roja madura y de bolleria, boca elegante y cremosa con una buena acidez y un ligero amargor final...Lo dicho, la copa no le hizo méritos, un gran rosado.

Seguimos con un Risotto de calabaza y ceps, exquisito, de nuevo aparece el binomio dulce (calabaza) y salado (parmesano). Todo en su punto, la calabaza y el cep se fusionaron para realzar el sabor de un arroz bomba que se fué alimentando y enriqueciendo del "caldo" dejado de hidratar los ceps secos. Un tinto del Montsant, Ressons Clot de la Vella 2009, Garnacha de viñas viejas envejecida durante 12 meses en roble francés, combinó perfectamente con éste Risotto otoñal: Un vino todavía con mucho margen de mejora, donde los aromas primarios saltan a la palestra, fruta negra madura sobretodo, sabroso, con cuerpo y con un final ligeramente dulzón. Quizás lo que eché un poco en falta a este vino fue su casi inapreciable acidez, ese toque dulzón final no me acabo de convencer, aunque también hay que decir que la "intervención" del Risotto pudo distorsionar un poco el conjunto del vino. Una bodega, Celler Mas d'en Canonge, que desconocía por completo, ¡tomo buena nota!



Llega la hora del pescado, Bacalao cocido en sal con puré de manzana, un plato que no tiene ningún secreto, lo más importante, como se puede suponer, es que el bacalado sea de fresco y de calidad. Y así fue, un morro de bacalao fresco y desalado para preparar esta sencilla receta, donde volvemos a jugar con el gusto salado del bacalao y el dulce que le aporta el puré de manzana (gran smith). Para coronar el plato y darle un toque de gracia, pasamos la piel del mismo por la plancha y quedó un crujiente espectacular (gran tapa si la acompañamos de una cerveza rubia). Para éste plato no hacía falta arriesgar mucho, un blanco seco y ligeramente perfumado le podía ir perfectamente, el elegido un Penedès blanco, Pardas Rupestris 2011, sus cuatro meses de crianza sobre sus lías le aporta cierta estructura bien compensada por una rica acidez, buena elección.


Para terminar un postre sublime, tanto por la vistosidad como por el resultado final, Mousse de mel i mató con mermelada de higos y teja de pistachos, un gustoso juego de contrastes entre sabores y texturas, una exquisita y crujiente teja de pistachos el colofón a un original postre. El vino quizás no ha casado muy bien con el plato, Dulce Corazón de Bodegas Iniesta, un moscatel semi-dulce que personalmente no me ha hecho mucho el peso, por su precio le daré otra oportunidad.

  
Esto ha sido todo, esperando ya con ganas la que va ser la décima cena maridaje, un gran número para una gran cena, espero.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Vinos de Terra Alta

 

 

Por desgracia las vacaciones se han terminado, y para ahogar las penas que mejor manera de hacerlo que con vino. Nuestro amigo Luis nos tenía un encuentro preparado a base de vinos que ha ido probando en sus largas vacaciones de verano, todos ellos de la D.O Terra Alta. Antes de presentar brevemente los vinos me gustaria destacar las principales caracterísiticas de esta zona del sudeste de Cataluña:

  • Denominación relativamente joven, constituida en 1982
  • Influenciada por un clima mediterráneo, se caracteriza por sus veranos secos y calurosos e inviernos muy fríos. Otro aspecto a destacar en la climatología son los vientos: el Cierzo y el "garbí"
  • Los suelos son de tipo calcáreo y de textura principalmente arcillosa pobres en materia orgánica
  • Sus principales variedades son la garnacha blanca y macabeo para los blancos y la garnacha negra y peluda para los tintos.



Me gusta mucho la garnacha, tanto la blanca como la tinta, es una de mis variedades favoritas, por ello le tengo gran cariño a esta zona vínicola quizás en ocasiones poco valorada y donde si sabes buscar un poco puedes encontrar verdaderas joyas a precios muy asequibles. Una zona donde mi punto de mira apunta siempre sobre la garnacha blanca, sí, personalmente de Terra Alta me gustan más los blancos que los tintos.

Dos de los vinos que más gustaron venían de una de las bodegas más importantes de la zona, Celler Bàrbara Forés, su blanco Bàrbara Forés 2011 gustó y mucho, fresco, cítrico y hierbas de monte en nariz, en boca ligera untuosidad y amargor final, un vino fácil de beber y con personalidad.
Bàrbara Forés Coma d'en Pou 2006, el tinto que más gustó de largo. Elaborado con un cupage de garnacha negra (45%), cabernet sauvignon (25%) y syrah (35%), y envejecido en barricas de roble francés Allier durante 16 meses. En nariz ya atisbaba maneras de gran vino: Nariz limpia, fruta madura con fondos tostados y dejes minerales. Sabroso en boca, concentrado, taninos maduros, paso elegante y final afrutado y balsámico, una delicia.
Para seguir con el podio, el tercer vino a destacar fue un total desconocido para todos, Flor de Garnatxa 2008 de Celler la Bollidora, monovarietal de garnacha blanca, fermentado en barricas nuevas de roble francés y envejecido durante 8 meses sobre lías. Inicialemente sorprende su nariz, notas a cuero y lacas que a medida que va tomando aire en copa se van tornando en aromas más amables y frescos como fruta tropical algo madura, tierra mojada y ligeros ahumados. En boca se muestra cremoso, sabroso, fresco, con ese ligero amargor tan típico de esta variedad, recomendable.
Estos tres fueron, a mi parecer, lo más destacado, los demás vinos por una cosa o por otra no acabaron de convencer:
 

Bàrbara Forés El Quintà 2011, probablemente a este vino le falte botella, ya que la madera era la protagonista, dejando la fruta y sobretodo la frescura del vino en un segundo plano, una lástima porque tenía buenas referencias.
Seguimos con otro blanco donde las notas de madera y la fruta no iban por el mismo camino, Tern Garnatxa Blanca 2011, se me hizo algo cansino, quizás no tanto como el anterior pero no para beber más de una copa.
Pasamos a los tintos, Plan B, de la misma bodega que el Flor de Garnatxa, probablemente no estaba en su mejor momento, decaído, en nariz recordaba a un Rioja entrado en años, fue directito a la barrica del vinagre.
Y para terminar un Syrah 100%, Casa Mariol Syrah Reserva, criado durante 22 meses en barricas, explosión de confitura de fresas, nariz extremadamente golosa tornándose con la oxigenación en especias, pura pimienta negra, algo radical para mi gusto, pero quizás acompañado con una carne a la brasa podría suavizarse un poco.

Esto fue todo, buenos vinos y como siempre mejor compañía, que al fin y al cabo es lo que cuenta. 

Muchas gracias Luis y hasta la próxima.