viernes, 1 de octubre de 2010

Noche de clásicos




Digamos que hasta el día que realizamos esta cata, yo y los Rioja
clásicos, no íbamos por el mismo camino, por eso, durante un tiempo y hasta la fecha los he ido arrinconando en el fondo de la bodega esperando a que algun día se me ocurriría que hacer con ellos. Ese día llegó, y como no, la organización del evento se llevó a cabo en el "enogaraje" más conocido de todo el Vallés, y cabe decir que mi gusto por estos clásicos ha mejordado sustancialmente a raíz de esta cata. Descorchamos, inicialmente, un total de 8 botellas de vino D.O Rioja, la mayoría sin saber en qué estado los encontraríamos, una incógnita a la qué rápido le dimos respuesta:

Empezamos con un Berberana Reserva 1980, a destacar su sorprendente nariz, torrefactos, café, cueros, toffe, aromas, que no decayeron en ningún momento, personalmente, junto con la añada del 94 de Monte Real Reserva, el vino con mejor nariz de la noche, empezamos bien.

Seguimos con un Cerro Añón Reserva 1988, aromas a laca muy presentes, regaliz cueros y tostados ligeros que rápidamente fueron perdiendo fuerza, quedándose el vino en poca cosa, tanto en nariz como en boca.

Llegados a éste punto descorchamos 5 añadas de Monte Real Reserva: 87 (dos botellas), 94, 98, 00 y 03. Las dos botellas del 87 estaban algo decrepitas, no había por dónde coger éste vino, por lo que no merece más comentario. Si hay que destacar una añada de entre las abiertas, sin duda, y diría que por mayoría absoluta, esta fue la del 94: A destacar esos finos terciarios, cuero, tostados, cremoso, fondos florales y una redondez en boca que dejan atónito, un vino con una elegancia superlativa y con gran personalidad, espectacular añada.

Otra añada a destacar, personalmente, fue la siguiente, 1998: Color teja, limpio, nariz de buena intensidad, lácticos, fondos tostados, especias, persistente y con una acidez aún bastante presente, no llega a la armonía y la redondez del anterior, pero viendo lo bien que evoluciona éste vino en botella, probablemente con algun año más encima casi seguro que se podría acercar, y mucho, a la añada del 94.

Para terminar ésta "vertical" de Monte Real Reserva, abrimos dos añadas más actuales, 2000 y 2003. Lógicamente nada que ver con los anteriores: Colores picota de capa media, con ribete ligeramente anaranjado, ya se perciben aromas a fruta roja madura, lácticos, tostados, especias...Paso en boca bastante frutal, sabroso, taninos aún por pulir, sobretodo en la añada 2003, buena acidez sin despuntar demasiado, lo que me hace pensar si tendrá la misma capacidad de guarda que sus antecesores, quizá éstas últimas añadas han tomado un estilo más moderno sin perder ese carácter clásico tan característico de los vinos de Rioja. Lo mejor será hacerse con algunas botellas de varias añadas, arrinconarlas en la bodega y volver a montar otra vertical en unos años para comprobarlo...

Para terminar la contienda riojana, abrimos un Contino Reserva 2001, otra historia, un cambio de registro total, podríamos decir en términos futbolísticos, que juega en otra liga: Color cereza de capa media, brillante, nariz muy intensa, fruta madura, notas especiadas, ligeros tostados, cueros, vainilla, café en grano, ahumados. En boca continua dejando huella, esa intensidad en nariz se denota y de qué manera en boca, redondo, amplio, sabroso, buen equilibrio entre la acidez y ese punto goloso, fruta madura en el retro y con un recorrido laaaaaargoooo. Una pequeña joya que ahora está increible, con unos años más encima puede estar de escándalo.

Pues aquí se acaba la cata de Riojas, y digo de Riojas, porque con la alegría que da el buen vino y la compañía, decidimos de forma unánime abrirnos dos MAGNUM de la bodega Clos Dominic, vinazos en toda regla, qué digo vinazos, verdaderas obras de arte, puro terroir, puro Priorat: Clos Dominic Vinyes Altes Selecció Ingrid 2007 y la joya de la corona de ésta bodega, Clos Dominc Vinyes Altes Selecció Andreu 2007, que queréis que os diga, para ponerse a llorar, menudo final de fiesta, ¡¡¡ de traca i mocador!!!

Como siempre, un placer compartir mesa y copa con todos vosotros, hasta la próxima.


Salut!




6 comentarios:

  1. Hola de nuevo Pep, lo que vengo observando es que el concepto "vino de garage", ya estaba inventado pero vosotros tenéis en exclusiva el concepto "catas de garage", llevadas a la máxima expresión, con sus herramientas y todo.
    Lo que está claro es que buen vino y buena compañía, y una mesa en un garaje es de lo mejor que puede tener uno en esta vida.
    Salut.
    Juan Antonio

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  2. Tu lo has dicho Toño, más vale buena compañia que buen vino de garaje ;-)
    Un abrazo amigo!

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  3. Un mundo éste de los clásicos que es peligroso de abordar. Parece que las sobremaduraciones, los excesos de madera nueva y los grandes niveles de alcohol nos dan cada vez más pie al disfrute de este 'otro' tipo de vinos más calmados, tocados por la gracia de la vejez y, por ende, de sus terciarios más recónditos.

    De lo catado ese día (bien sabe Dios que le doy encarecidamente las gracias a tu suegro por tan distendida cata) también me quedo, si tuviera que seleccionar y quedarme con uno de éllos, con el sobrado 1994: un vino tocado por la varita de la (casi) eterna juventud.

    De los dos miuras que acabaron siendo los botellones de la noche que decir... pues eso, dos botellones que son tan escasos cómo sorprendentes. Recuerdo muy bien las palabras de uno de nosotros cuando dió el primer trago del gigantesco Andreu 2007: "cómo coño se puede llegar a hacer algo así!"

    Sólo queda desear QUE SE REPITA!

    Un abrazo a todos.

    OG

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  4. Hola Pep!
    Ya empieza a ser conocido este enogaraja en los círculos más exclusivos de los foros vitinícolas.
    Los riojas algo envejecidos siempre han sido mi debilidad por el plus que otorgan los años, aunque es difícil encontrarlos todos en su mejor momento. Ahí influye muchísimo el estado de conservación y la añada en cuestión, amén de la bodega a catar.
    De Monte Real mi mejor recuerdo sigue siendo uno del 64, creo recordar y a pesar de su corte actual más moderno prefiero su versión más clásica.De los probados me quedo con el 94.
    Y de los Dominic, vaya cara de susto pusimos al explotar el Andreu en la boca como si de una bomba de relojería se tratara...
    En fin, el placer fue mio y el disfrute de todos.
    Un abrazo...y que se repita (lo cual ya viene siendo habitual):-)

    Carlos.

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  5. Me he emocionado.
    Recuerdo que hace muchos años, cuando empezábamos a hacer vino por inicio, hablaba yo con un bodeguero consolidado al que envidiaba y admiraba por partes iguales,y un poquito envanecido le comentó a Paco: cuando uno empieza a hacer vino tiene que tener muy claro a donde aspira, en que escalón quiere estar.

    Y Paco, que es un persona humildísima siempre, le dijo: queremos ser unos clásicos!!!

    Yo le miré de arriba a abajo y un poco en broma le dije: si, como Vega Sicilia pero en plan priorato!!! (Lo dije un poquito con esa ironía y broma sarcástica que me encanta).

    Bueno, pues ver nuestro vinos, aunque sea ahí, un poquito metidos en un artículo quehabla de esos enormes clásios, me emociona.Y mucho.

    Deben ser las hormonas. >;)

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  6. Paco, un placer verte por estos lares, te puedo asegurar que la emoción fue nuestra al descorchar esos dos tesoros en forma de magnums, alguna lágrima dejamos caer, te lo aseguro. Los vinos de vuestra bodega ya forman parte de nuestra vida cotidiana, Oscar ya se encarga de ello ;-).
    Un saludo, y muchas gracias por hacernos disfrutar con cada botella que descorchamos de Clos Dominic!
    Salut.

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