miércoles, 7 de diciembre de 2011

Bodega Alta Alella


Las fuertes lluvias de hace dos semanas fueron las culpables de impedirnos pasar una excepcional mañana en la bodega "Castell de Peralada" acompañados en todo momento del hacedor de sus grandes vinos, Delfí Sanahuja. Pero como dice el dicho, no hay mal que por bien no venga, una llamada de Carles del Celler de Coll Favà, bastó para que nos recibieran en otra bodega, Alta Alella Privat. Después de dar más vueltas de la cuenta, llegamos a destino, donde Jordi Esteve, Director Comercial de la bodega, nos recibió muy amablemente y nos hizo de guía todo el tiempo que duró la visita. Para empezar, montamos en un 4x4, donde Jordi nos fue explicando parcela por parcela el tipo de uva que había plantada, los vinos que elaboran con cada una de ellas y el porqué de la orientación de algunas de sus parcelas hacia poniente (se busca una uva más madura y aumentan también su grado alcohólico, apropiado para sus vinos dulces y tintos) o levante (se busca una uva más aromática y floral, perfecto para los vinos más ligeros y los cavas). Su suelo compuesto en su totalidad de Sauló, pobre en materia en materia orgánica y de baja retención hídrica, aporta a los vinos una acidez y frescura muy característica. Llegados a la zona denominada "anfiteatro", las vistas son espectaculares, el mar de fondo, viñedos situados en terrazas y laderas (costers), sus hojas de tonalidades marrones y rojizas en la variedades tintas y más verdosas y amarillas entre las blancas, forman una bonita foto otoñal.

Llegados a una de las partes más altas, unos 250 metros de altitud, empezamos a descender hasta la entrada de la bodega, unos 100 metros, donde se encuentran planatadas, entre otras, las viñas más viejas de la bodega, una pequeña parcela donde encontramos diferentes tipos de uva, tanto variedades blancas como tintas.



Después del recorrido entre las viñas, aparcamos el 4x4 y nos andentramos dentro de la sala de barricas excavada bajo la roca de Sauló, una temperatura constante de 14º-16º durante todo el año le permite guardar sus vinos en perfectas condiciones. Para terminar, antes de ir a degustar los vinos, entramos en la sala donde descansan los cavas y el dulce de Mataró.




Ahora sí, empapados de todo lo explicado por Jordi durante casi 2 horas largas de recorrido, vamos a la parte práctica de la visita, degustar el fruto de tanto esmero y dedicación. Entramos en la zona más nueva de la bodega, una tienda construida a pocos metros de la entrada y donde las visitas pueden comprar vino, degustarlo e incluso, en la planta inferior, se pueden organizar reuniones de trabajo.


Empezamos la cata con dos blancos, Lanius, 6 variedades diferentes componen éste blanco de nariz franca, floral (jazmín), fresco y una acidez perfectamente integrada. El segundo, Exeo, a diferencia del anterior, la vendimia se hizo más tarde, recogiendo así la uva más madura, notándoes éste aporte de madurez en nariz mucho más que en boca.


Seguimos con tres tintos donde la Syrah y la Petit Syrah son las protagonistas. S Xtrem, monovarietal de Syrah, inicialmente aparecen notas animales y cuero nuevo, pero con el aire van desapareciendo, dando paso a notas más afrutadas y florales (violetas), sabroso en boca y con un postgusto final algo corto. El segundo, PS Xtrem, un Petit Syrah con mucho carácter, nariz intensa arropada de balsámicos de fondo, en boca destaca por su rusticidad y estructura. 


                                   Corchos de S Xtrem y PS Xtrem

Terminamos con el top de la bodega, un vino que tan solo sale en añadas excepcionales, de hecho creo que tan solo hay dos añadas en el mercado, 2007 y 2008. Orbus, coupage de Syrah y Petit Syrah: Nariz intensa, fruta madura, balsámicos, notas de crianza, elegante y envolvente en boca con un final ligermanete amargo y persistente.


Para terminar, Blanc de neu, un vino blanco dulce, sorprende por su equilibrio dulce-acidez, nariz intensa, floral, ligeros hidrocarburos y un paso en boca laaargo y con una acidez que invita a tomar más, mucho más, de vicio, muy recomendable.




Si tuviera que definir los vinos de ésta bodega en pocas palabras sin dudarlo los destacaría por su franqueza y por su perfecto reflejo del carácter y la personalidad del terruño.

Terminada la visita, y ya con mucha hambre encima, Jordi nos recomendó un restaurante de Alella, 1790. Comimos y bebimos muy bien...Y como no podía ser de otra manera, terminamos el menú con unos vinos dulces de Alella.




4 comentarios:

  1. No se com t'ho fas però a cada celler que visites et tracten com un rei. A veure si em faig amb una ampolla del Blanc de Neu que té bona pinta i no el coneixia. En algun dels nostres homentges ja portaré un Orbus que tinc per aquí...

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  2. Ja saps que anar amb el Carles de visita és un luxe, et tracten sempre a les mil maravelles. Aquest Blanc de Neu potser el tastaras més aviat del que et penses...Tens un Orbus?Abans de tastar-lo dona-li mitja horeta d'aire (decanta'l o fes servir l'airejador que tens) li anirà de PM.

    Salut.

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    1. Hola Pep,

      El blanc de neu l'he tastat en dues ocasions i és un vi em sembla "de pecat". Quant de plaer en una copeta!

      Salut!

      Jaume

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    2. Hola Jaume,
      A nosaltres ens va sorprendre i molt. Desde aquest dia ja he obert tres ampolletes d'aquest elixir, addictiu!

      Salut.

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